Presión Arterial Alta – Lo Qué Necesitas Saber De Ella
La presión arterial es la cantidad de fuerza que la sangre ejerce sobre las paredes de las arterias a medida que fluye a través de ellas. Cuando esta presión alcanza altos niveles, puede conducir a graves problemas de salud.
En los Estados Unidos, aproximadamente uno de cada tres adultos tiene presión arterial alta , lo que equivale a aproximadamente 75 millones de personas , según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Sin tratamiento, la hipertensión arterial o la hipertensión pueden conducir a problemas de salud graves, como insuficiencia cardíaca , pérdida de visión, accidente cerebrovascular y enfermedad renal.
En este artículo, analizamos las causas de la presión arterial alta y cómo tratarla. También explicamos las mediciones que las autoridades sanitarias consideran sanas y demasiado altas.
Causas de la Presión Arterial Alta
El corazón es un músculo que bombea sangre alrededor del cuerpo.
Bombea sangre con bajos niveles de oxígeno hacia los pulmones, que reponen los suministros de oxígeno.
Luego, el corazón bombea sangre rica en oxígeno alrededor del cuerpo para abastecer los músculos y las células. Esta acción de bombeo crea presión.
Si una persona tiene presión arterial alta, significa que las paredes de las arterias están constantemente bajo demasiada fuerza.
Es posible dividir las causas de la presión arterial alta en dos categorías:
- Presión arterial alta esencial: este tipo no tiene una causa establecida.
- Presión arterial alta secundaria: otro problema de salud está causando un aumento del problema.
Aunque la presión arterial alta esencial no tiene una causa identificable, hay pruebas sólidas que vinculan factores específicos con el riesgo de desarrollar esta afección.
Los factores de riesgo para la presión arterial alta esencial y secundaria incluyen los siguientes.
Edad: el riesgo de hipertensión aumenta a medida que una persona envejece porque los vasos sanguíneos se vuelven menos flexibles.
Antecedentes familiares: las personas que tienen familiares cercanos con hipertensión tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollarla ellos mismos.
Origen étnico: las personas afroamericanas tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión que otras personas. La hipertensión también se presenta más severamente en las personas afroamericanas y responde menos a ciertos medicamentos.
Obesidad y sobrepeso: las personas con sobrepeso u obesidad tienen más probabilidades de desarrollar presión arterial alta.
Algunos aspectos del sexo: en general, la presión arterial alta es más común entre hombres adultos que mujeres adultas. Sin embargo, después de los 55 años , aumenta el riesgo relativo de hipertensión de una mujer.
Inactividad física: la falta de ejercicio y tener un estilo de vida sedentario aumentan el riesgo de hipertensión.
Fumar: la ingesta de tabaco hace que los vasos sanguíneos se estrechen, lo que resulta en una presión arterial más alta. Fumar también reduce el contenido de oxígeno en la sangre, por lo que el corazón bombea más rápido para compensar, lo que provoca un aumento de la presión arterial.
Consumo de alcohol: Beber cantidades excesivas de alcohol puede aumentar drásticamente la presión arterial y aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular y latidos cardíacos irregulares.
Dieta deficiente: muchos profesionales de la salud dicen que una dieta rica en grasas y sal conlleva un alto riesgo de hipertensión. Sin embargo, la mayoría de los dietistas enfatizan que el problema es el tipo de grasa en lugar de la cantidad.
Las fuentes vegetales de grasas, como los aguacates, las nueces, el aceite de oliva y los aceites omega, son saludables. Las grasas saturadas y las grasas trans, que son comunes en los alimentos procesados y de origen animal, son perjudiciales para la salud.
Colesterol alto: más del 50 por ciento de todas las personas con presión arterial alta tienen colesterol alto . Una dieta que contenga muchas grasas no saludables puede hacer que se acumule colesterol en las arterias.
Estrés mental: el estrés puede tener un impacto severo en la presión arterial, especialmente cuando es crónica. Puede ocurrir como resultado de factores socioeconómicos y psicosociales.
El estrés excesivo también puede conducir a acciones que aumentan el riesgo de hipertensión, como el consumo de grandes cantidades de alcohol.
Diabetes: las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión. Sin embargo, el uso prescrito de insulina y el control constante del azúcar en la sangre pueden reducir el riesgo a largo plazo de que las personas con diabetes tipo 1 desarrollen hipertensión.
Las personas con diabetes tipo 2 corren el riesgo de hipertensión como resultado de un nivel alto de azúcar en la sangre, así como de otros factores, como ciertos medicamentos, enfermedades cardiovasculares subyacentes y sobrepeso u obesidad.
Embarazo: las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión que las mujeres de la misma edad que no están embarazadas. La preeclampsia es un trastorno placentario que puede aumentar la presión arterial a niveles peligrosos.
Apnea del sueño: este trastorno del sueño, que hace que las personas dejen de respirar mientras duermen, también puede provocar hipertensión.
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